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Año 5 #57 Julio 2019

Concierto para Violín en Re

La obra constituye un buen ejemplo del estilo neoclásico de Stravinsky. Utiliza ciertas armonías, motivos, figuras de violín y formas clásicas, pero de manera absolutamente contemporánea: ubica los viejos sonidos en contextos nuevos.

El Concierto para Violín y Orquesta en Re fue compuesto por Stravinsky en el verano de 1931 y estrenado el 23 de octubre de ese año. Stravinsky dirigió el estreno con el violinista Samuel Dushkin y la Orquesta de la Radio de Berlín.

Apostilla:

En su Autobiografía, Stravinsky relata los orígenes de su Concierto para Violín:

"Mientras estuve en Mainz y Wiesbaden con frecuencia veía a [el editor] Willy Strecker. Él hablaba mucho sobre un joven violinista, Samuel Dushkin, con el que había trabado amistad y a quien yo no conocía. En el curso de nuestras conversaciones, me preguntó si me interesaría escribir algo para el violín agregando que en Dushkin encontraría un ejecutante notable. Al principio vacilé, porque no soy violinista, y temía que mi escaso conocimiento de ese instrumento no fuera suficiente para permitirme resolver los muchos problemas que necesariamente surgirían en el curso de una obra mayor, especialmente con puesta para él mismo. Pero Willy Strecker allanó mis dudas asegurándome que Dushkin se pondría enteramente a mí disposición para darme cualquier detalle técnico que necesitara. En estas condiciones el plan resultaba muy atractivo, especialmente porque me daría la oportunidad de estudiar seriamente la técnica especial del violín. Cuando se enteró de que, en principio, yo había aceptado la propuesta de Strecker, Dushkin vino a Wiesbaden para conocerme. Yo no lo había conocido antes ni lo había oído tocar. Todo lo que sabía era que había estudiado violín y música en general en Norteamérica, donde en su primera infancia, había sido adoptado por el compositor norteamericano Blair Fairchild, un hombre de gran distinción, rara bondad y una mente notable por su delicada sensibilidad.

"Desde nuestra primera entrevista, me di cuenta de que Dushkin era todo lo que Willy Strecker había dicho. Antes de conocerlo había tenido algunas dudas, a pesar del peso que tenía para mí la recomendación de un hombre de cultura tan acabada como mi amigo Strecker. Yo recelaba de Dushkin en cuanto a su calidad de virtuoso. Sabía que para los virtuosos existen tentaciones y peligros que no todos son capaces de superar. Para tener éxito están obligados a buscar triunfos inmediatos y a prestarse a los deseos del público, que en su gran mayoría exige efectos sensacionales de parte del intérprete. Esta preocupación naturalmente influye sobre el gusto de este, sobre su elección de la música y la forma en que trata la pieza elegida. ¡Cuántas composiciones admirables, por ejemplo, se dejan de lado porque no ofrecen al ejecutante la oportunidad de destacarse con un brillo fácil! Desafortunadamente, con frecuencia no pueden evitarlo, temiendo la competencia de sus rivales y, para ser francos, la pérdida de su sustento diario.

"Dushkin es decididamente una excepción en este sentido entre muchos de sus colegas, y me alegró descubrir en él, aparte de sus notables dotes como violinista nato, una cultura musical, una comprensión delicada, y -en el ejercicio de su profesión- una abnegación que es muy raro encontrar. Su maravilloso dominio de la técnica proviene de la magnífica escuela de Leopold Auer, ese maestro estupendo a cuya docencia le debemos la gran mayoría de los violinistas más importantes."



Movimientos: I. Toccata ∙ II. Aria I ∙ III. Aria II ∙ IV. Capricci

Intérpretes:
Patricia Kopatchinskaja, violín
Andrés Orozco-Estrada, director
Frankfurt Radio Symphony Orchestra

 

  • Igor Stravinski
    Stravinski, Igor

    Igor Stravinsky (Oranienbaum, Rusia, 1882-Nueva York, 1971) es la figura más influyente en la música académica del siglo XX. Una de las fechas clave que señalan el nacimiento de la “música contemporánea” es el 29 de mayo de 1913, día en que se estrenó el ballet La consagración de la primavera. Su armonía politonal, sus ritmos abruptos y dislocados y su agresiva orquestación provocaron en el público uno de los mayores escándalos de la historia de la música.

    Autor de otros dos ballets que habían causado sensación, El pájaro de fuego (la obra que lo dio a conocer internacionalmente en 1910) y Petrushka, el día del estreno de la Consagración Stravinsky se confirmó como el jefe de la nueva escuela musical. Sin embargo, él nunca se consideró un revolucionario; de manera similar a Picasso en el campo de las artes plásticas, el compositor se caracterizó siempre por transitar de un estilo a otro con absoluta facilidad, sin perder por ello su propia personalidad. El ruso, el neoclásico y el dodecafónico son, a grandes rasgos, los tres períodos en los que puede dividirse su carrera compositiva.

    Alumno del gran Rimski-Korsakov en San Petersburgo, la oportunidad de darse a conocer se la brindó el empresario Sergei Diaghilev, quien le encargó una partitura para ser estrenada por su compañía, los Ballets Rusos, en su temporada parisiense. El resultado fueEl pájaro de fuego, obra en la que se advierte una profunda influencia de su maestro en su concepción general, pese a lo cual apunta ya algunos de los rasgos que definirán su estilo, como un agudo sentido del ritmo y el color instrumental.

    Su rápida evolución culminó en la citada Consagración de la primavera y en otra partitura destinada al ballet, Las bodas, instrumentada para la original combinación de cuatro pianos y percusión, con participación vocal. En estas obras Stravinski llevó al límite la herencia de la escuela nacionalista rusa hasta prácticamente agotarla.

    Su estilo experimentó entonces un giro que desconcertó a sus propios seguidores: en lugar de seguir el camino abierto por estas obras, en 1920 dio a conocer un nuevo ballet, Pulcinella, recreación, a primera vista respetuosa, de la música barroca a partir de composiciones de Giovanni Battista Pergolesi.

    Comenzaba así la etapa neoclásica, caracterizada por la revisión de lenguajes pasados, con homenajes a sus compositores más admirados, comoBach (Concierto en re), Tchaikovsky (El beso del hada), Haendel (Oedipusrex), Haydn (Sinfonía en do) o Mozart (La carrera del libertino) y obras tan importantes como el Octeto para instrumentos de viento, la Sinfonía de los salmoso el ballet Apollon Musagète.

    En ellas Stravinsky abandonó las armonías disonantes y la brillante orquestación de sus anteriores composiciones para adoptar un estilo más severo y objetivo —el neoclasicismo, de hecho, nació como una oposición al arrebatado subjetivismo del Romanticismo y el expresionismo germánicos—, estilo, sin embargo, que no excluía cierto sentido del humor en su aproximación al pasado.

    Con la Sinfonía en tres movimientosy la óperaLa carrera del libertino concluye esta etapa, tras la cual Stravinsky volvió a sorprender al adoptar el método dodecafónico sistematizado por su colega y rival ArnoldSchönberg. De nuevo un ballet, Agon, señaló la apertura de este nuevo período, en el que sobresalen títulos como CanticumsacrumThreni, Monumentum pro Gesualdo Requiem Canticles, ninguno de los cuales ha obtenido el nivel de aceptación de las obras de las dos épocas precedentes. Fallecido en Estados Unidos, sus restos mortales fueron inhumados en Venecia.